Sobre hacer lo que uno quiere

Hace varios días platicando con un amigo hice una afirmación que él juzgó muy falsa.

Dije que uno hace lo que quiere.

La violencia de su reacción –pequeña, no quiero que esto se malinterprete– me pareció entendible pues mi amigo expende una cantidad apreciable de energía en sentirse trágico. En la tragedia clásica a los personajes muchas veces no se les permite elegir sus acciones sino que éstas son dictadas por el destino o los dioses. Mi amigo es personaje de una tragedia moderna y por ende difiere su caso en dos puntos importantes: primero, no hay un coro que brinde comentario; segundo, no son el destino o los dioses sino la sociedad o las circunstancias quienes rigen.

En el fondo la discusión que siguió a mi afirmación no tuvo gracia. Sólo usamos de forma diferente las palabras. Cuando uno debe tomar una decisión evalúa las opciones que tiene y elige una. Yo decía que eso es hacer lo que uno quiere, mi amigo a eso le llama meramente hacer lo que uno decide, y agregó que muchas veces uno decide hacer algo no porque quiera sino porque es lo menos malo disponible. Es decir, cuando ninguna opción agrada, yo digo que quiero la menos mala y mi amigo dice que no quiere ninguna.

Su forma de usar la palabra querer tiene muchos méritos. Con el otro uso uno tiene que recurrir a cosas como «lo que quiero hacer no me atrae», o incluso, «no deseo hacer lo que quiero» –que definitivamente suena absurdo. Mi amigo en cambio puede decir cosas como «no quisiera tener que hacer esto» o «no quiero, pero debo», cosas mucho más naturales. En ese aspecto gana decididamente y planeo usar de aquí en delante su acepción.

Por otra parte, mi acepción no me parece tan absurda cuando no la considero como construcción sintáctica. Regresemos al momento de la decisión: hay una situación, una lista de opciones, uno considera las opciones y elige una. ¿Qué opciones entran en la lista? Si pragmáticamente uno incluye sólo las factibles, uno puede elegir de ellas la que prefiera. Si, en cambio, uno incluye sueños guajiros, puede fácilmente encontrarse en la penosa situación de no poder llevar a cabo su opción preferida. Es la diferencia entre aquí-y-ahora y si-en-algún-lugar-pudiera (suspiro).

Tal vez haya algo más que una diferencia de palabras en nuestra discusión pues. Tal vez sea una cuestión de actitud. Realmente no creo que haya quien al construir listas de opciones incluya siempre únicamente viables; desde luego, todos sabemos que haríamos en circunstancias ideales, o que haríamos si no fuera por las consecuencias. Pero indudablemente sobre algunos la idea del en-un-mundo-ideal-podría ejerce más fascinación que sobre otros. Entre los fascinados están los soñadores, enérgicos arquitectos de esplendorosos y aerodinámicos castillos — bienaventurados sean los inocentes. Pero están también los personajes de tragedia que no gustan de su lugar, están también los amargados.

Autor: Omar

re(des)conocido autor de 1.0 blog(s).

6 opiniones en “Sobre hacer lo que uno quiere”

  1. Tanto como no tener coro pues no, pero si de comentarios se trata seguramente que amigos y conocidos hacen buen acompañamiento.

    Y es divertido escuchar la historia de lo que le paso a alguien ya que cada quien (involucrado o no) tiene algo que decir y uno se puede enterar de esos comentarios.

  2. No estás diciendo que tu amigo es amargado, ¿verdad?

    Por otra parte, respecto a la discusión que describes, todo se puede interpretar como una cuestión de fe.

    ¿Cuándo puede uno decir que tiene certeza de que algo es viable? ¿tiene siquiera sentido la pregunta? ¿Cuándo puede uno decir que tiene certeza de que algo sucederá?

    Yo creo que nunca. Eppure si muove.

    ¿Qué dije?

    El charo

  3. ¡Charo! Que gusto leerte…

    Tienes razón: uno no puede estar seguro de que algo pasará, ni de que no pasará (bueno, esctríctamente, no sé que así sea, pero lo creo). Pero eso no es tan grave porque de muchas cosas uno está bastante seguro, suficientemente como para tomar decisiones al respecto –sobre todo si uno es prágmatico y reconoce que es inevitable actuar en base a información incompletísima.

    Además, muchas veces es más fácil estar bastante seguro de que algo no pasará y mi punto es que algunas personas lamentan mucho cosas que no pueden ser. Estar seguro de que no será y decir si tan sólo

  4. La primera vez que lei que decias que uno hace lo que quiere comparti la opinion de tu amigo (que extraño es hablar asi de alguien a quien tal vez conozco), pero la idea me dio vueltas en la cabeza un par de dias y ahora no se que pensar, mi inquietud va mas alla del diferente uso de la expresion que uno y otro le dan, creo que hay espacio para una discusion sobre la infinidad de elecciones que hacemos cada dia y la libertad con que las hicimos. Decir que hicimos algo que no queriamos hacer ya no me parece tan natural como hace algunos dias.–>

  5. Yo creo en el valor de las opciones. creo que uno muchas veces no hace lo que le gustaría hacer, pero aún asi es su opción… creo que uno debería hacer lo que uno quiera, porque eso también es una opción y es posible lograrlo. Si uno no hace lo que quiere, es porque uno quiere, porque las opciones siempre están, sólo hace falta mucho valor y valentía!…

    Nadie dice que sea fácil hacer lo que uno quiere, pero eso no lo hace imposible y en el fondo si uno hace cosas que no quiere, es proque uno quiere, porque teme a enfrentar un montón de situaciones… y obviamente ante todo eso, nadie sabe lo que es viable, nadie sabe si al hacer lo que creemos que queremos seremos felices, pero son apuestas, apuestas que uno le hace a la vida. Y yo me digo, hacer lo que uno no quiere acaso es más viable que lo que realmente si quiere? o es simplemente porque creemos que es más seguro, no lo se… alla cada uno con sus motivos….

    Dentro de todo esto, lo único que quiero decir es que siempre (y soy radical en ésto) EXISTEN LAS OPCIONES, en este caso: La opción que uno hace lo que quiere, y la opción que uno quiere hacer lo que NO quiere.
    Ojo, que hay opciones muy dificiles, pero eso no las hace imposible, la opción de arriesgar todo está ahí, pero como toda apuesta, se puede ganar o perder… yo en ese caso creo que opto por apostar, porque prefiero perder y arriesgarme vivir mis sueños, que pensar que siempre pude haber ganado y ahora estoy perdida….
    Si en ambos casos voy a perder, cuál sería el dilema? más vale tener la pequeña esperanza de pensar que quizás gane y que el hacer lo que quiero traiga consecuencias que también quiero….

    Pero claro, eso es aplicable para mí, porque es lo que yo creo, siento y quiero… allá cada uno cuanto esté dispuesto a arriesgar o la esperanza secreta que guarde en su almohada.

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